Javi Chorén y su gran corazón
Es un placer para mi escribiros estas líneas de cómo comenzó toda esta historia…
Nací en la tierra del sol poniente y muy temprano me aficioné al baloncesto gracias a mi padre. Desde ahí todo fue surgiendo: primero jugador y, desde muy pronto, fui un monitor con muchas inquietudes.
Puedo decir, como anécdota, que fundé un Club Deportivo mientras estaba aprendiendo, no sin la ayuda de muchas madres y padres de jugadores y jugadoras sin los que no podría haber conseguido nada, ni ser hoy quien soy; y, sobre todo, quiero agradecer, como siempre que tengo ocasión, a “mi presidente” Javier García Bonome, todos sus consejos y enseñanzas, “el deportista por encima de personalismos”, como lema de Javier.
Después de unos años dirigiendo un Club con secciones de fútbol, karate, fútbol sala y baloncesto llegó la hora de emprender una nueva etapa en mi vida deportiva y fiché por el Baloncesto Leganés, allí tuve la suerte de conocer a D. Agustín Martínez una de las personas que más me apoyó desde mi llegada a tierras madrileñas, después de una temporada muy buena, de la mano de Agustín y por supuesto de la de José Mera, llegué a Las Rozas.
Durante mi etapa en Leganés, comienzo a entrenar como voluntario en la F.A.D (fundación de ayuda a las personas con discapacidad) y todos los viernes me subo a las pistas del parque cercano al centro y entrenamos al básquet, en alguna ocasión fuimos entrenando unas 40 personas juntas (una locura y un aprendizaje).
Con el paso del tiempo me voy sintiendo más implicado con estos colectivos y me decido a organizar un Campus de Baloncesto (S.A.F.A) en Albacete que realizo junto con varios entrenadores. Se trata de un campus de 10 días con personas en riesgo de exclusión social. Son uno de los 10 días más intensos de mi vida, ya que convivimos las 24 horas con ellos y ellas, personas que la vida no les había dado otra oportunidad y te sientes totalmente vulnerable, una mala decisión es una línea demasiado fina en la que cualquiera de nosotros podemos atravesar en cualquier momento; te das cuenta que muchas de esas personas son extraordinarias y te da una perspectiva de lo que es la vida, ayudándote a relativizar absolutamente todo, todavía guardo en la guantera de mi coche todos los mensajes y notas de cariño que a nuestra marcha esas maravillosas personas nos dejaron.
Ya en Las Rozas un día sentado en las escaleras de emergencia del Polideportivo Alfredo Espiniella, observo a los usuarios de lo que resultó ser Nuevo Horizonte (asociación que ayuda a las personas con trastorno del espectro autista), y no lo pude remediar, dada mi impulsividad, me encuentro unos minutos más tarde llamando a la puerta de dicha Fundación. Una vez dentro del despacho de Dña. Mari Carmen Muela, (siempre recordaré su expresión), lanzo la pregunta: “hola buenas tardes, ¿puedo entrenarles?”. La respuesta fue un sí que me hizo feliz, pero me llenó de preocupación y responsabilidad, iba a emprender la aventura de entrenar a personas con Autismo severo, a partir de ahí estuve dos meses acudiendo durante las mañanas a la Fundación para aprender de como trabajaban los profesionales con los usuarios y a la vez no parecerles un elemento extraño y que se familiarizasen conmigo.
Ya en la pista con los chicos simplemente adapte la metodología que usan los profesionales de la fundación incluyendo un balón, además tengo una pequeña guía que he ido elaborando con el paso de los entrenamientos y que pronto verá la luz, la idea es perder el miedo y romper los tabús que hay con respecto a estas personas, veréis que somos todas y todos prácticamente idénticos, todas y todos sentimos: miedo, calor, felicidad y emociones, y desde las emociones todos nos podemos conectar y entender, para mí es el mejor de los medios.
Un mes más tarde emprendimos el mismo camino hacia la Fundación TREBOL, también en Las Rozas y de ahí sacamos el equipo que compite en la Competición Femaddi, con la gran ayuda de Roberto Gacho el coordinador de Trébol, vamos poco a poco dando forma al equipo y este año cumplimos 3 años en la competición.
Este año tenemos un reto importante #1000corazonesinquietos, se trata de intentar que 1000 personas disfruten de un partido de discapacidad intelectual, sin duda un reto importante que dará visibilidad a estas personas y disfrutarán ese día de un gran reconocimiento.
Agradecer al Club Baloncesto Las Rozas y a sus socios y socias su apoyo y simpatía siempre por estos deportistas tan especiales y al Ayuntamiento de Las Rozas su siempre disposición apoyándonos en todo momento.
No me quiero despedir sin agradecer a todos los jugadores/as, entrenadores/as, sponsors del C.B. Las Rozas por acoger estos equipos con tanto cariño y sobre todo INCLUSIÓN.
Gracias TRAGUSINO por ser una firma comprometida con la Sociedad y con este Colectivo.
Javi Chorén.
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