Océanos de plástico
El plástico es, hoy en día, la mayor amenaza para nuestros mares y océanos. Este material del que tanto se ha hablado estos últimos años, se encuentra presente en todos los ámbitos de nuestra vida y ha conseguido formar parte de todo tipo de objetos y materiales debido a sus características, ya que es flexible, duro y ligero; y posee un bajo coste de producción.
El plástico comenzó a producirse después de la II Guerra Mundial y su fabricación no ha dejado de crecer en las últimas décadas. Entre el año 2002 y el 2013, aumentó un 50%; y en el año 2016 la producción total alcanzó las 335 millones de toneladas. Se estima que en el año 2020, es decir, para el año que viene, se superarán las 500 millones de toneladas anuales, lo que supone un 900% que lo que se producía en sus comienzos.
Pero… ¿Cómo llegan estos residuos de plástico a los océanos?
Pues bien, cuando nos deshacemos de nuestra botella, bolsa o cualquier objeto de plástico que tengamos, este puede acabar en un vertedero, ser incinerado o reciclado. Sin embargo, muchos de estos objetos terminan en ríos y mares a través de las aguas residuales de zonas urbanas, por el agua que fluye por los vertederos, o los residuos que abandonamos en las playas o en el campo. Estos residuos que se generan en tierra suponen el 80% de los plásticos en el mar, el 20% restante son los plásticos generados en actividades marítimas, como la pesca o los vertidos accidentales de los barcos.
Actualmente en el mundo existen playas paradisiacas cubiertas de plásticos, sobre todo en la zona Asiática. Indonesia es el segundo país con mayor contaminación por plásticos, en concreto la ciudad de Bali es la zona más contaminada de la isla, con una población de 4,5 millones de personas se desechan al día 1.000 toneladas de desperdicios plásticos, y uno de los causantes de este problema es el turismo y la falta de políticas ambientales del país.
El primer lugar más contaminado de todo el planeta es la llamada Isla Henderson, se trata de una isla deshabitada en el sur del océano pacífico y perteneciente a una colonia británica. Esta isla a pesar de ser completamente salvaje y carecer de actividad humana es la zona de todo el planeta más contaminada, debido a que las corrientes marinas llevan a los desechos a acumularse y desembocar en sus playas. En esta isla se acumulan 38 millones de escombros y 18 millones de toneladas de plástico lo que generan una catástrofe cada año para su ecosistema.
¿Por qué es tan dañino el plástico para nuestro ambiente marino?
El plástico es un material muy resistente que tarda años en degradarse. Su tiempo de degradación depende del tipo de plástico que sea y de las condiciones ambientales a las que se expone (luz solar, oxígeno, agentes mecánicos como el viento…)
Cuando el plástico llega a nuestros mares y océanos, la radiación ultravioleta (UV) es el principal agente degradante. El problema es que en la columna de agua o en el fondo se ve menos expuestos a la luz solar, además de que la temperatura y el oxígeno disminuyen, lo que retrasa también su degradación. Para hacernos una idea de la cantidad de tiempo del que estamos hablando:
El plástico genera graves impactos para la vida marina, no solo los grandes plásticos que causan enredos, asfixia, estrangulación o desnutrición (por ser ingeridos por algún animal, y bloquear su estómago o su intestino) sino también los plásticos más pequeños, llamados microplásticos; que pueden ser ingeridos por la fauna y causar problemas en el funcionamiento de su organismo por los contaminantes químicos de los que estos están compuestos. Además, estos microplásticos pueden pasar de animal en animal por la cadena alimentaria, hasta llegar a nuestros platos de comida, por lo que también suponen un impacto directo contra el ser humano.
¿Qué soluciones existen para este ENORME problema?
Para conseguir frenar la contaminación por plásticos es fundamental la reducción de su consumo, que es responsabilidad de todos, tanto de quienes lo fabrican, como de quienes lo consumen y de las administraciones públicas que gestionan los residuos. Por ello muchos países del mundo están tomando medidas para conseguir hacer frente a este problema. Y nosotros ¿qué podemos hacer para ayudar?
A nivel individual tenemos mil opciones que contribuirán a reducir el consumo de plástico en nuestra vida cotidiana:
- Sustituye las bolsas de plástico de un solo uso por bolsas de tela o cartón.
- Compra botellas y envases reutilizables y/o retornables.
- Rechaza envases y utensilios de un solo uso como vasos, cubiertos o pajitas.
- Evita los productos con exceso de embalaje y prioriza los productos a granel.
¡Hagamos todo lo que esté en nuestra mano para que nuestras aguas no sean océanos de plástico!
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